viernes, 31 de julio de 2009

Lo declaro inimputable!!!

Por Sol Piñeiro & Cía.


Volviendo un poquito sobre los trabajos realizados durante la cursada de "Garantías..."; nuestra colaboradora permanente, Sol, nos deja su trabajo. Vale decir que el mismo, mereció un Orejudo de Plata en la categoría "Crítica sutil".




Todos los días nos enfrentamos ante varias disyuntivas… desde si ir en colectivo o en subte al trabajo, tomar café o mate, ir al cine o alquilar una película y obviamente en ciertos momentos de nuestras vidas nos topamos ante la necesidad de tomar decisiones que nos afectan un poquitito más que si el café tenía o no azúcar (ojo, un diabético no diría lo mismo que nosotras!!)… tales como que carrera estudiar, que cuadro de fútbol alentar, en dónde guardar nuestros patacones o cuestiones más personales como decidir compartir nuestras vidas con determinadas personas. Ahora bien, nadie puede negar que llegado al momento de optar siempre uno escucha diversas opiniones y comentarios que ayudan a la toma de la decisión pero nunca nadie se acerca descalificándonos y poniéndonos en la posición de mentalmente incapaces de decidir, por el contrario, creo que todos nos sentimos capaces de discernir y optar al momento de tener alternativas.
Nuestra duda entonces es, si nos pasa eso todos los días y lo admitimos como lo más normal del mundo, quienes somos para decidir la capacidad de los otros por tratarse de un problema legal.
Como dijo Bruzzone, el abreviado no busca omitir una garantía constitucional –el juicio previo- sino que nada más (ni nada menos!!!! à aclararía Bovino) omite la etapa de debate. Y para que se lo entienda de un modo feliz se deben tomar ciertos recaudos para no llegar a contrariar nuestros derechos irrenunciables…
En primer lugar, es de suma importancia que este juicio abreviado no sea coercitivo, que no se trasforme o intente no transformarse en una amenaza, al estilo actual… tipo..."Mira que si no arreglas, el Tribunal te va a matar ehhhhh!!! (Frotándose las manitos y haciendo una risa tenebrosa)". Si hay policías honestos no podemos negar que existen Fiscales que también lo son… entonces mantengamos a esos fiscales y apliquemos este instituto. Recordemos que no a todas las personas les encanta atravesar el debate oral (obvio que hay amantes de ver pasar horas, escritos, recursos y con ellos los honorarios… pero seamos honestos, la víctima quiere el juicio, el imputado culpable quiere saber su pena y terminar su castigo)… un imputado no tiene por qué querer ir a las audiencias, escuchar testigos, peritos, los dichos del fiscal y las miradas de las partes… ya fue a la indagatoria, hizo el informe socioambiental, cumplió con las medidas preventivas ordenadas y no tiene por qué querer llegar al juicio final sin haber muerto (para qué llevarlo ante “el Barba”? para que le diga sus “pecados” una y otra vez? Creemos que tiene sentido desde que él ya los reconoce).
De allí pasamos al segundo punto… el imputado puede decidir! Tiene derecho a saber qué y cuántas posibilidades tiene -las cuales obviamente vienen dadas por su defensa técnica- en palabras de Bruzzone “explicarle todo el menú que tiene para elegir” (sisi como cuando salís mañana a la noche y le pedís los tacos mexicanos con la salsa suave porque te explico la moza que la salsa picante no te iba a dejar dormir). Y de allí que quien toma la decisión es el sujeto activo, el imputado, el encausado, ese muchacho a quien los derechos y garantías buscan proteger. Y aquí volvemos al principio… la falta de confianza, de creencia en las capacidades del otro. Debemos hacer alusión a otro tema como es el juicio por jurados, se dice entre otros de los fundamentos por los cuales aun no se ha reglamentado que no se puede confiar en los ciudadanos legos (sisi esos de plástico que sirven para armar.. pero no para mucho más que eso, asi que tan solo pensá lo que pasaría si lo usamos para fundamentar una condena!!!). Al final de cuentas no confiamos en nadie, más que en “nosotros”, que vamos a ir al juicio a velar por los intereses de quien quiere saber su pena.



Entonces nuestra pregunta para los que están en contra del instituto del juicio abreviado es…¿de llegar a explicarle todas las aristas posibles de la elección del abreviado, no se debería confiar un poco mas en el imputado? ¿Quiénes somos para decidir la inimputabilidad de quienes fueron debidamente asesorados?
En definitiva es el muchacho culpable y nadie más que él, quien va a sufrir las consecuencias penales que deriven de su posible condena…

(Aclaración: como hizo cierta persona que intervino en el debate de la clase, nos lavamos las manos y no hablamos de los detenidos)





1 comentario:

Solcito dijo...

Hola a todos, ademas de agradecerle a Diego, por la publicación del trabajo realizado por nosotras (Nuria, Ana Clara y yo), la idea era seguir con esta "crítica sutil" de diversas cuestiones en este caso de la mano de Diego Capusotto, haciendo una parodia de los noticieros matutinos y las ganas que le dan a uno de levantarse y empezar el día con todas las pilas!!
Saludos a todos!!!